Toda creación ha pasado necesariamente por una carda y las manos de su experimentada diseñadora, mas este especial elemento vivió antes una experiencia distinta al resto: un baño aromático de tinte natural de aromo. Gracias a esto, el suave y delicado vellón de oveja merino, blanco como las nieves de la montaña, se vistió de diversos grados de sol y arena de playa, para posteriormente ser secado y suavisado a punta de cardadora, cosa de finalmente ser armado en una pieza larga, ligera y cálida, amable sobre todo con la persona que conduce cuando el calor ya no acompaña.